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| El
restaurante Egües acogió a los participantes
tras la prueba. / ALFREDO IGLESIAS |
Los salones del Asador Egüés
son el destino de
algunos atletas
REDACCIÓN | LOGROÑO
Cuando la ciudad inicia su descanso después
de una maratoniana jornada atlética, las principales
estrellas de la prueba recuperan fuerzas pensando
en nuevos retos.
Tan tradicional como que el último sábado
del mes de mayo (excepcionalmente el primero del mes
de junio) se celebre la Media Maratón de La
Rioja es que la prueba concluya para algunos fondistas
en el Asador Egüés que Fermín Lasa
dirige en la logroñesa calle La Campa.
Por este establecimiento han pasado a lo largo de
17 años los principales maratonianos españoles
y algunos de los más destacados del ámbito
internacional. Martín Fiz y Abel Antón
se convirtieron en expertos catadores de los exquisitos
chuletones que son marca de la casa en el Egüés.
El vitoriano y el soriano acudieron varios años
seguidos a correr a Logroño siempre sabiendo
que al final les esperaba el premio que les entregaba
Fermín Lasa en la mesa, humeante y a la brasa.
Y no les debió ir mal la alimentación
ofrecida por el cocinero navarro porque son los únicos
españoles que pueden presumir de haber ganado
el Campeonato del Mundo de maratón.
Aunque los atletas siempre se decantan por los chuletones
a la brasa que ofrece el Egüés, la carta
del asador también contempla excelentes pescados
aunque como se ha comentado en más de una ocasión
en la mesa de los maratonianos internacionales: «Después
de lo que hemos desgastado hay que recuperar energías
por la vía rápida».
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