SABORES
ROMANOS
Los dulces imperiales
El
viñedo más célebre de la época
romana estaba en Falerne y fue motivo de inspiración
de varios poetas, en especial de Horacio. El palacio imperial
adoptó por mucho tiempo como su vino oficial al producido
en este lugar, ya que fue el viñedo más grande
de la antigüedad. Cada emperador tenía su favorito
y, naturalmente, lo ponía de moda. Los romanos mostraron
inclinación por los vinos importados y acostumbraban
agregar miel a éstos, por lo que se deduce que los
vinos dulces eran los más apreciados. Al vino se le
atribuían propiedades farmacéuticas e incluso
mágicas. El mosto se fermentaba en ánforas de
barro; como los romanos deseaban producir vinos muy concentrados,
exponían las ánforas con el mosto al calor para
obtener un sabor más fuerte. Al consumirlo, para acompañar
sus comidas, al vino se le agregaba agua para suavizarlo.
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