Crítico de Vinos del diario
El País. Propietario del Grupo de Comunicación
Vinum, Archigula y Mivino, entre otras publicaciones.
Carlos Delgado: Denominación
como calidad
por Pablo G. Mancha
Un grupo importante de bodegas se
ha desmarcado con vinos de alto precio, que desde luego
no son para el consumo diario. ¿Valen todos esos
vinos lo que cuestan?
- Los precios los pone el mercado y si un un vino sale
a un precio desorbitado lo más posible es que acabe
quedandoselo el bodeguero. Lo que sí es cierto
es que esta clase de vinos tienen costos de producción
muy superiores, tanto por las condiciones de los viñedos,
selección manual de las uvas, estado sanitario
y un envejecimiento en barricas de roble de la máxima
calidad. Todo ello, unido a una producción pequeña,
hace que los precios de salida sean elevados. El resto
responde a un fenómeno de mercado y quizás
desde el punto de vista de la crítica estén
sobrevalorados porque son vinos más aparentes que
reales, de un gran impacto inmediato, pero que posiblemente
tengan una evolución no muy buena.
- El debate desde hace unos años
se centra entre los vinos finos y los más potentes.
¿Siguen teniendo cabida los primeros?
- El gusto del consumidor ha cambiado hacia vinos con
más polifenoles, pero nunca deben perder la finura.
La ecuación magistral del vino es aunar equilibradamente
la potencia con la finura. El gran vino será siempre
un vino fino, que no escuálido.
- Hace unos años faltaba
vino y ahora sobra. ¿Qué ha pasado?
- El vino se consume cada vez menos, aunque es cierto
que ha crecido el consumo en los vinos de calidad y en
los superiores, pero se ha reducido hasta niveles dramáticos
el vino mediocre. Sin embargo el viñedo sigue estando
concebido, en su mayor parte, para grandes producciones.
La gente bebe menos pero bebe mejor y se sigue produciendo
mucho pero regular o malo.
- El mundo del vino evoluciona
muy rápido, pero las legislaciones, muy lentas
¿Están los legisladores por detrás
de los operadores?
- Sin duda, por eso hay operadores que se tienen que saltar
las reglamentaciones a la torera. El gran problema estriba
que la globalización ha generado unos mercados
con unas reglas del juego en las que hay que estar en
condiciones de igualdad con los competidores más
poderosos, que son los del Nuevo Mundo. Y en esos mercados
exteriores hay que jugar con las armas con las que juegan
ellos, porque sino se está condenado a fracasar.
- ¿Nos comerán la
tarta los denominados vinos emergentes?
- En Inglaterra ya se la han comido a los franceses. Y
eso sólo es el principio, porque Australia es un
país sin trabas legales -excepto los registros
sanitarios- y con unas posibilidades vitivinícolas
impresionantes. Al mismo tiempo hay unos bodegueros que
saben que su futuro está en la exportación
y que se están comiendo el mundo. Hay que estar
en ese segmento medio-alto que es donde está el
mercado europeo y donde hemos sido materialmente barridos.
- ¿Tiene que evolucionar
el sistema de denominaciones?
- Ha de ser revisado en el sentido de convertir la D.
O. en un garante de calidad y no sólo de origen.
Es muy difícil que una D. O. extreme los controles
de calidad hasta el extremo de negar la contraetiqueta
a vinos que no deben estar en el mercado, y el caso más
sangrante es Rioja -nuestra principal zona vitivinícola-
donde se pueden encontrar en el mercado vinos, por vulgares
y anodinos, que no merecerían llevar la misma contraetiqueta
que tiene un vino excepcional que está en el mundo
obteniendo grandísimas puntuaciones.
- Rioja se plantea el cambio hacia
un sistema de doble calificación. ¿Qué
fórmula le parece más adecuada?
- Una muy similar al sistema bordolés. Un Rioja
genérico, sin especial contraetiqueta y ser un
vino barato, competitivo y bien elaborado. A partir de
ahí habría tres niveles superiores. El más
alto, llamado 'vinos de pago', los elaborados con uvas
propiedad del mismo criador y con un control estricto
en producción y calidad. En medio deberían
existir dos tipos más, uno lo que es hoy la DOC
Rioja, que estaría por encima del genérico
y otro que representaría a lo que hoy se entienden
como reservas y grandes reservas, aunque yo les daría
otro nombre, porque son conceptos pasados y en algunos
casos aberrantes.
- ¿Cuáles son sus
gustos?
- Me gustan los vinos con finura y elegancia dentro de
un cuerpo y una estructura poderosa. Esos son los vinos
que no cansan y que se pueden consumir en todas las circunstancias.
- ¿Un buen momento alrededor
de una botella de vino?
- La verdad es que no puedo recordar ningún momento
bueno de mi vida que no haya estado presidido por un buen
vino.
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