El historiador griego Tucídices
dijo en el siglo V antes de Cristo que los pueblos del Mediterráneo
emergieron del barbarismo cuando aprendieron a cultivar la
oliva y la vid
Nunc est bibendum por Pablo
G. Mancha
La
historia del vino se remonta casi mucho más lejos de
lo que puede abarcar el pensamiento de un solo hombre y por
eso en la nebulosa de la historia quedará para siempre
el paso de la viña silvestre a la viña cultivada,
lo que bien se podría definir como domesticación
del viñedo.
Algunos historiadores creen que el hombre
tuvo noticia del vino antes, incluso, de aprender a cultivarlo.
Se supone que el género Vitis -que comprende todas
las vides domésticas- apareció en la remota
Era Terciaria. La Vitis sezanensis, una cepa fósil
de más de 50 millones de años, se encontró
en algún lugar de Francia. Hace unos 12 millones de
años -antes de la aparición del hombre- vivieron
algunas variedades de Vitis, la ausoniae y la vinifera selvatica.
También se han encontrado restos de viñas silvestres
en el centro de Francia, Ucrania y España. Asimismo,
se han hallado losas de piedra de grandes proporciones- rematadas
con forma de grandes vasijas- con motivos en los que se pisaban
las uvas para que el mosto se deslizara por un canal tallado
sobre ellas. Estas hallazgos aparecieron en Hungría,
Oriente Próximo y en la Transcaucasia.
Vinos de la antigüedad
No sería aventurado afirmar que el
vino aparece a la vez que la propia civilización, por
ello los primeros testimonios del cultivo de viñedos
parecen datar del año 7.000 a.c., en una región
ubicada al sur del Mar Negro, en las fértiles llanuras
de Sumeria, en la antigua Mesopotamia, por ello esta civilización
fue la verdadera cuna del vino en la antigüedad.
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