LOS
ROMANOS, MAESTROS VINICULTORES
La preparación
del 'mulsum'
Los
romanos fueron los maestros de los primeros vinicultores ibéricos.
El primer mosto que se obtenía se utilizaba para la
preparación del 'mulsum', para lo que se mezclaba con
miel y se dejaba envejecer para servirlo como aperitivo. El
resto del mosto se dejaba fermentar en inmensas tinajas llamadas
'deoliae'. Una vez fermentado, este vino se clarificaba con
ceniza, arcilla, polvo de mármol, resina, pez y también,
como los griegos, con agua de mar. Se envasaba en ánforas
de barro, se le inscribía el año de la cosecha,
características y se dejaba envejecer en las habitaciones
altas de la casa cerca de las chimeneas. Durante la Edad Media
se conocían en España diversas variedades de
uvas que se utilizaban tanto para comer como para elaborar
vinos. De la uva llamada 'aminta' se obtenía vino blanco,
de la 'apiana', vino dulce, 'mostum' al recién salido
del lagar y 'roseum' al tinto. Y aunque con la llegada de
los musulmanes se estableció la prohibición
coránica, lo cierto es que los musulmanes españoles
bebían vino en abundancia. Incluso realizaban un activo
comercio vitivinícola, sobre todo en establecimientos
de Córdoba y de su entorno.
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