Gerry Dawes, periodista estadounidense,
colaborador de múltiples publicaciones especializadas
y generalistas en su país, analiza el cambio de
los últimos años en España y los
denominados vinos de alta expresión, con sus defensores
y sus críticos
Oro negro u oro de
locos
por Gerry Dawes
Oleadas de vinos de nueva
era, altamente concentrados y poderosos, están
apareciendo por toda España como el azafrán
que prolifera en La Mancha cada mes de octubre. Bajo el
controvertido término de "vinos de alta expresión",
se separan ampliamente del estilo tradicional, de la maduración
propia de la edad, por la que Rioja, la primera región
vinícola del país, es famosa.
Con grandes elogios de algunos y fuertes
críticas de otros, los vinos de alta expresión
han empujado a España a entrar en el debate internacional
entre los partidarios de la elaboración tradicional
y los defensores del vino de "alto octanaje".
Los vinos negros como la tinta difieren de la tradición
española, pero estos vinos tan concentrados suponen
una auténtica sorpresa para algunos críticos
y consumidores, y alcanzan precios que hacen que el azafrán,
una de las especias más caras del mundo, parezca
barata en comparación con ellos.
Los elaboradores españoles, tanto los recién
incorporados como los más respetados por su larga
trayectoria, han comenzado a elaborar vinos que entran
en el perfil de alta expresión, procurando satisfacer
a un segmento del mercado cada vez más atraído
por los colores opacos de cereza negra, por el roble nuevo,
que evocan intensamente a frutas maduras e incluso con
cierta tolerancia a los azúcares residuales.
Miguel Torres Riera, propietario la bodega
más famosa de Cataluña, cree que este cambio
hacia el estilo internacional será beneficioso
a largo plazo: "Esta tendencia es interesante porque
aporta algo nuevo a la cultura española del vino
y alienta a las bodegas a crear nuevos vinos", dice.
Sin embargo, algunos elaboradores españoles piensan
que el movimiento de alta expresión puede perjudicar
más que beneficiar.
Fernando Chivite ha elaborado vinos de
estilo moderno, como Colección 125 y Gran Feudo
Viñas Viejas, aunque deja de lado las técnicas
internacionales y algunos vinos españoles contemporáneos:
"Los grandes vinos se hacen de cepas que se han cultivado
cuidadosamente, y los vinos procedentes de estas viñas
tienen delicadeza y complejidad", dice, mientras
que muchos de los vinos llamados de alta expresión
"carecen de complejidad, fuerza y sutileza".
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